EL ESPACIO CULTURAL DE SALTERAS ACOGE UNA MUESTRA DE JOSÉ MARÍA BERMEJO, UNO DE LOS MÁXIMOS EXPONENTES DE LA PINTURA ABSTRACTA SEVILLANA

  • Con el título “La palabra, la pintura, el silencio”, la muestra podrá visitarse del 18 de octubre al 9 de noviembre.

 

Desde el 18 de OCTUBRE hasta el 9 de NOVIEMBRE, el Espacio Cultural de Salteras acoge la obra reciente del artista José María Bermejo (Olivares, 1952). Es uno de los máximos exponentes de la pintura abstracta sevillana, perteneciente a una generación (Gerardo Delgado, José Ramón Sierra, Ignacio Tovar, Manuel Salinas) que supuso la ruptura de la plástica sevillana con los cánones tradicionales de la figuración y, por lo tanto, la apertura a la modernidad, allá por los años sesenta. La muestra está organizada por el área de Cultura y Ciudadanía de la Diputación de Sevilla.

Bermejo parte en su obra de las premisas de la abstracción, pero pronto se va alejando de lo estrictamente gestual para adentrarse en un proceso de investigación que durará décadas y que le lleva a dar un paso más allá, en la búsqueda de un lenguaje propio y absolutamente personal, en el que trabaja en la combinación de las palabras y la reflexión sobre el lenguaje con imágenes gestuales y con el uso de la geometría, en un diálogo entre lo pictórico y lo sintáctico.

En ‘La palabra, la pintura, el silencio’, comisariada por el artista y crítico de arte Juan Ignacio Tovar Tovar, se reúnen alrededor de sesenta obras procedentes de dos series de pinturas en las que Bermejo ha estado trabajando desde el año 2006 y que se denominan ‘Transmisiones’ y ‘Pintura Continua’.

Dando un paso adelante respecto a su obra precedente, en estas series Bermejo se centra en una investigación sobre el lenguaje y sobre el color, a través de una serie de combinaciones de elementos simples, como líneas rectas y curvas y arcos de diferentes tamaños, que se acoplan a fondos geométricos, y a un sistema de líneas y cuadrículas que actúan a modo de un lenguaje estructurado y constructivo. Además de las líneas, tiene gran protagonismo el color de los interiores, tanto en los círculos y cuadrículas como en los fondos, que contribuyen a generar un dinamismo extraordinario y perfectamente estructurado.

Como indica el título de una de las series, se diría que el conjunto resultante es una única gran pintura desplegada tanto vertical y horizontalmente en una continuidad del ritmo, creado por medio de la geometría, la palabra y el color.